Los avances biológicos en Lupus
Dr. Shouvik
Dass, Reumatólogo Consultor, Hospital Chapel
Allerton, Hospitales Docentes de Leeds. NHS Trust.
Los últimos
años han visto grandes cambios y avances en el tratamiento del lupus. Por
primera vez en décadas se han estudiado nuevas terapias efectivas en ensayos
clínicos e introducido en la práctica clínica. Estos nuevos fármacos han sido
particularmente importantes para los pacientes con enfermedad severa aunque ya estaban siendo tratados con toda la
gama de tratamientos convencionales. Con todo, la llegada de nuevas terapias ha suscitado algunas preguntas y desafíos. Por
ejemplo: ¿A qué pacientes se deben aplicar estos medicamentos? ¿Cuál es la mejor manera de utilizarlos a largo plazo? ¿Cómo debemos diseñar ensayos clínicos
eficaces en el lupus? y ¿Cómo pagamos los nuevos fármacos
que son caros?
Qué es el Lupus:
El lupus es
una enfermedad autoinmune multisistémica crónica. La causa no se entiende del
todo, pero se piensa que intervienen factores genéticos y medioambientales. El
sistema inmunológico se vuelve "hiperactivo". Se cree que, en gran parte, lo causan los
glóbulos blancos llamados linfocitos B .
Estos desarrollan células
que producen autoanticuerpos que atacan al propio organismo. En el lupus, gran
parte de la la enfermedad es causada por autoanticuerpos que se combinan con
otras moléculas para formar estructuras que efectivamente "crean
obstrucciones" en los órganos del cuerpo. Pueden ser afectados muchos órganos
diversos del cuerpo (De aquí el término "enfermedad multisistémica").
Los más comúnmente afectados son la piel y las articulaciones. La enfermedad es
más grave cuando están afectados los pulmones, riñones, cerebro y corazón.
Tratamiento de Lupus:
El
tratamiento de lupus está dirigido a controlar el sistema inmunológico. La
elección del tratamiento más adecuado depende de a qué parte del cuerpo afecta
y de con qué severidad afecta. Como en cualquier campo de la medicina, la
elección también requiere sopesar los
beneficios que proporciona una medicina contra los posibles efectos
secundarios. El objetivo general del tratamiento en el lupus es controlar los
síntomas y prevenir daños. Los médicos intentan, primero conseguir que el
paciente pase a estado de remisión y luego que se mantenga así.
Tradicionalmente
se han utilizado diversos fármacos en el tratamiento de lupus. Los esteroides
son muy eficaces pero tienen muchos efectos secundarios a largo plazo. Por lo
tanto, los fármacos que suprimen el sistema inmune, tales como la azatioprina y
el micofenolato se han introducido para permitir a los pacientes dejar de tomar
esteroides.
A menudo se
pueden usar antipalúdicos como la hidroxicloroquina. Cuando el lupus de un
paciente es más grave y puede estar amenazado un órgano, por ejemplo el riñón,
o quizás la misma vida del paciente, la terapia más utilizada comunmente es la
ciclofosfamida. Esta medicina sin duda ha salvado la vida a muchos pacientes
pero tiene efectos secundarios potencialmente graves. Es un potente
inmunosupresor, con lo que hay riesgo de infección. El uso prolongado –
especialmente de la forma por vía oral – ha sido asociado con riesgo de cáncer
de vejiga. También puede afectar la fertilidad, sobre todo con tratamiento
prolongado y edad avanzada.
¿Por qué necesitamos nuevos tratamientos en el lupus?
Aunque los
fármacos tradicionales han resultado eficaces para muchos pacientes, sigue
habiendo la necesidad de mejorar nuestros tratamientos. Hay muchos pacientes que
pueden seguir experimentando brotes; hay muchos pacientes que no pueden
prescindir de los esteroides; las medicinas pueden perder su
efecto y, en algunos casos, incluso los tratamientos agresivos, como por
ejemplo la ciclofosfamida, pueden no ser capaces de controlar los casos más
severos de lupus. Además, queremos desarrollar tratamientos que no expongan a
los pacientes a efectos secundarios de infección grave y al riesgo de perder su
fertilidad. Estas cuestiones se pueden aplicar a una variedad de enfermedades diferentes
que tratan los reumatólogos,
especialmente la artritis reumatoide. El tratamiento de la artritis reumatoide ha sido transformado
por la introducción de los fármacos "biológicos". Estos son mucho más
específicos que las medicinas convencionales al apuntar a un objetivo concreto en
el sistema inmunológico. Recientemente estos agentes biológicos se han aplicado
al lupus.
Rituximab en el lupus:
Ya se ha
mencionado el importante papel que desempeñan las células B en el lupus. El
Rituximab es un fármaco diseñado específicamente para atacar y destruir las
células B. Esto rompe el círculo vicioso por el que el sistema inmunológico del cuerpo se ataca a sí
mismo y permite controlar el lupus. En parte puede consistir en parar la
producción de anticuerpos que atacan al propio cuerpo. El Rituximab fue desarrollado hace más de diez
años para tratar el cáncer de sangre
denominado linfoma de células B y ha sido un tratamiento muy eficaz para esa
enfermedad. Gran parte de su uso inicial en la artritis reumatoide fue en el University College Hospital de
Londres. En Leeds se utilizó por primera vez para tratar a un enfermo de lupus
en 2004. Desde entonces y hasta ahora tenemos el mayor número de pacientes con
artritis reumatoide del mundo que se han tratado con Rituximab y también
tenemos uno de los mayores grupos de pacientes de lupus que se han tratado con
él.
Rituximab se
administra como una inyección intravenosa (una infusión).
Se tarda varias horas en aplicar. Los efectos secundarios inmediatos son
infrecuentes, pero los pacientes pueden experimentar enrojecimiento,
escalofríos, dolor de garganta. Éstas son a menudo señales de que las células B
están siendo destruidas. Los efectos secundarios se reducen si la inyección se
da más lentamente o se para temporalmente. Una vez completada la inyección estos
efectos secundarios no continúan.
Para evitar
los efectos secundarios se puede administrar esteroides intravenosos o un
tratamiento corto de esteroides orales. El
Rituximab se aplica en dos sesiones espaciadas un par de semanas. Eso completa
el tratamiento, así que no es necesario un tratamiento continuo como es el caso
con las pastillas y algunas otras inyecciones. Se puede indicar al paciente que
siga su medicación habitual o que la interrumpa, dependiendo de cada caso en
particular.
El rituximab
puede tardar varias semanas, o incluso 3 ó 4 meses, en hacer efecto completamente.
Sin embargo, en muchos lúpicos a menudo
se ven muy rápidamente síntomas de que la enfermedad está siendo controlada. En la mayoría de los pacientes el efecto del
rituximab se va extinguiendo con el tiempo hasta desaparecer. En este caso, se
administran al paciente otras dos dosis de rituximab y la gran mayoría de mejoran
otra vez. A veces se administra a los pacientes dosis de
Rituximab a intervalos fijos. Por ejemplo una dosis cada seis meses.
Pero no recomendamos este tratamiento en general para todos los pacientes
porque no todos lo necesitan tan a menudo. Una buena parte de nuestro trabajo
de investigación en Leeds se centra en comprender cuando desaparece el efecto y
en si se puede predecir de antemano.
Cuando
estudiamos cuánto duró el efecto del rituximab en nuestros pacientes,
observamos que parecían dividirse en dos grupos. En primer lugar resultó tranquilizador comprobar que ayuda en el 80%
de los pacientes. Fue muy alentador porque éstos eran a menudo los pacientes que tenían el
lupus más severo. En términos de la duración de la mejora, la mitad de los
pacientes parecía sufrir un brote y necesitar tratamiento una vez transcurridos
entre 12 y 18 meses desde la aplicación del rituximab. A la otra mitad el
efecto duraba mucho más, en algunos casos 2 o 3 años. Algunos de estos
pacientes habían dejado de tomar otras medicinas durante este tiempo.
Nuestra
investigación se ha centrado en averiguar si podemos predecir si a un paciente en
le durará más o menos. La técnica clave
consiste en que podemos medir los niveles de las células B en la sangre con un
alto nivel de sensibilidad.
Podemos
detectar la presencia de células B incluso cuando están en sus niveles más
bajos como resultado de que el rituximab hizo desaparecer la mayoría de ellas.
Después de que a un paciente se le ha aplicado rituximab, las células B
empiezan a reaparecer aproximadamente unos
3 ó 6 meses más tarde. Sin embargo, el hecho de que hayan reaparecido las
células de B no significa necesariamente que regresará la enfermedad. Lo que
nuestra investigación es que el número de linfocitos B y los tipos de células B
que son detectables a los seis meses permiten predecir si el paciente
responderá al rituximab durante más o menos tiempo.
Esto podría
permitirnos decidir a quién administrar
de nuevo rituximab a tiempo para evitar un brote y, al mismo tiempo, evitar dárselo innecesariamente a alguien que
puede no necesitarlo en dos años.
Ahora hay
muchos reumatólogos en el mundo que ya han tenido experiencias similares de usar
el rituximab en el lupus. Ha sido muy efectivo, especialmente en aquellos
pacientes que tenían lupus activo a pesar de los tratamientos estándar. Esta
medicina parece funcionar igualmente bien en la mayoría de los pacientes cuando
se da por segunda vez. La seguridad del tratamiento a largo plazo también
parece tranquilizadora. Se considera que, en general, el riesgo de infección
con el tratamiento con rituximab es inferior al del uso de los inmunosupresores
tradicionales más fuertes (especialmente ciclofosfamida) y no afecta a la
fertilidad. Se siguen estudiando los efectos a largo plazo. Puede ser que, en
algunos, pocos, pacientes el rituximab
puede agotar el sistema inmune de tal manera que podrían estar en riesgo de
infecciones. En la artritis reumatoide esto ha ocurrido en menos del 5% de los
pacientes y tiende a aparecer después de varios ciclos y años de tratamiento. Se
puede comprobar esto en los pacientes con un simple análisis de sangre antes de cada
inyección.
Sin embargo,
a pesar de que muchos reumatólogos han comunicado tener resultados positivos con
el rituximab, la situación se complicó por el hecho de que dos ensayos clínicos
de rituximab en lupus demostraron que parecía no ser mejor que el tratamiento
convencional con inmunosupresores y esteroides. Se han propuesto varias explicaciones
para estos resultados sorprendentes: Quizás los pacientes en estos ensayos tenían
un lupus leve lo que les daba una probabilidad igual de responder con el rituximab que con el tratamiento
estándar (Al contrario de lo observado en nuestra clínica donde la mayoría de los pacientes
tratados con rituximab ya no respondían
al tratamiento estándar) El tratamiento standard implicó el uso de dosis altas
de esteroides (para asegurarse de que los pacientes no enfermaran demasiado) y
este hecho puede haber creado confusión.
Además,
medir la actividad de una enfermedad como el lupus de manera objetiva no es
fácil ya que puede afectar a muchas partes diferentes del cuerpo de muchas
maneras diferentes. Una de las lecciones que la comunidad internacional de
reumatología ha sacado esto es que en el futuro habrá que diseñar mejor los
ensayos clínicos.
El coste de la terapia biológica:
Dos dosis de
rituximab cuestan aproximadamente £4.000
(5.400€) Los biomedicamentos son
caros porque cuesta un montón de dinero desarrollarlos
y producirlos y porque son productos nuevos. Es una situación similar a la que
ocurre en otras ramas de la medicina. Por esta razón se ha creado la
organización NIZA para decidir qué tratamientos valen lo que cuestan y deben
ofrecerse a los pacientes. Sin embargo, NIZA tiende a no emitir directrices
sobre enfermedades relativamente infrecuentes como lupus. Por lo tanto, la
decisión sobre si costear un tratamiento como lupus a menudo recae en el Primary
Care Trust (1) Por lo tanto la decisión podría ser tomada por
alguien que no es un especialista en lupus aunque fuera aconsejado por
consultores especializados. Y está claro que si cada caso tiene que ser
considerado individualmente se producirá un retraso en el tratamiento y podrá
dar lugar a que dos pacientes con el
mismo nivel de enfermedad no puedan ser tratados de la misma manera.
En el
conjunto de Leeds y Yorkshire nos dimos
cuenta de que teníamos que hacer un número creciente de estas solicitudes de
financiación a medida que la experiencia y la necesidad de Rituximab de
nuestros pacientes crecieron. Por lo tanto, acordamos entre nosotros como
especialistas establecer un conjunto de criterios para determinar que pacientes
deben ser tratados con rituximab
(generalmente los pacientes cuya enfermedad está activa a pesar de estar
tratados con la terapia estándar, o para los que la terapia estándar tenga alguna
contra-indicación) Lo hablamos con
nuestros colegas de la Primary Care Trust de la región y acordamos que tales pacientes
tendrían su tratamiento rituximab financiado sin tener que pedirlo
individualmente en cada caso. La
situación ahora es mucho mejor porque nosotros y nuestros pacientes sabemos que
si cumplen los criterios diseñados por especialistas para el tratamiento no
será rechazados. También significa que estamos utilizando estos
medicamentos (cuya financiación sale de
los impuestos de los contribuyentes ) de
la manera más rentable y más efectiva clínicamente.
El futuro de los medicamentos biológicos en el lupus:
En el
horizonte se vislumbran numerosos otros
fármacos biológicos para el lupus. Belimumab es otro fármaco que afecta a las
células B y ha tenido éxito en varios ensayos clínicos y se espera que pronto
se apruebe su uso (2)
Rituximab
continuará siendo utilizado. Se están realizando o están previstos otros
ensayos varios. Parece ser que en los próximos años, vamos a tener toda una
serie de medicamentos específicos para elegir.
Cabe recordar
que, por supuesto, muchos de los pacientes de lupus no los necesitarán. Muchos
pacientes tendrán su enfermedad controlada con seguridad con medicamentos
estándar. Sin embargo, para aquellos pacientes que cuya enfermedad es grave o
no responde a nuestras terapias principales, estos nuevos fármacos biológicos
han sido muy importantes y, en algunos casos, han supuesto la diferencia entre
la vida y la muerte.
Agradecimientos:
gracias al equipo entero de lupus en Leeds, en particular, al profesor Paul Emery,
artritis UK, profesor de Reumatología y al Dr. Ed Vital, Compañero en Reumatología
en el NIHR
(1)
Organización dependiente del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra que fue abolida en 2013
(2) Actualmente
ya ha sido aprobado
El artículo original en inglés se puede ver en:
http://www.lupusuk.org.uk/component/content/article/14-latest-news-archive/106-biologic-breakthrough
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.